Las cifras se contraponen a la promesa de la Secretaría de la Función Pública, que asegura que las adjudicaciones directas deberían reducirse al 20 por ciento de los contratos.
Contrario a lo que se esperaría, basado en el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador y a la Secretaría de la Función Pública, el Gobierno de México entrega casi el 80 por ciento de sus contratos mediante adjudicaciones directas, sin procesos de licitación y con mayor riesgo de caer en practicas de corrupción, conflicto de interés o favoritismos, así lo menciona el colectivo Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad en su última investigación.
De acuerdo a los propios datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de enero a octubre de 2020, de los 120 mil 102 contratos que actualmente forman parte de la base de datos, 95 mil 887 han sido entregados por vía de la adjudicación directa, es decir, el 79.8%.
Con los datos anteriores, el Gobierno de México está acercándose a romper su propio récord en cuanto a entrega de contratos directos con proveedores sin una licitación pública de por medio, lo que representa, además, que los gastos de inversión pública por adjudicación directa, están cerca de convertirse en el mayor mecanismo de asignación de la administración federal, pues de esta manera se han gastado cerca de 166 mil millones de pesos, prácticamente lo mismo que las inversiones a través de otro tipo de asignaciones.
En tanto, la última vez que funcionarios de la Secretaría de la Función Pública fueron cuestionados por estas prácticas en su comparecencia ante la Cámara de Diputados el 27 de octubre pasado, justificaron los datos argumentando las condiciones de la pandemia y que el monto de los contratos entregados por adjudicación directa suelen ser inferiores al de otros tipos de contratos, aunque ya se dijo que el gasto es igual al de las licitaciones.
Con información de MCCI.
