El ex mandatario estatal de Veracruz, Javier Duarte, acusado de un desfalco millonario contra esa entidad, dijo que pactó con altos mandos de la pasada administración federal para entregarse, a cambio de que no molestaran a su familia.
En un par de entrevistas concedidas a medios de comunicación, el ex mandatario veracruzano, hoy recluido y en espera de sentencia, detalló que no fue detenido, sino que se entregó tras llegar un acuerdo entre su persona y autoridades federales del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), la Secretaría de Gobernación (Segob) y la Procuraduría General de la República, (PGR).
De acuerdo con lo declarado por Javier Duarte, la posición en la que se encontraba su familia, lo orilló a preguntar a las autoridades qué era lo que necesitaba para que no los molestaran; el acuerdo fue muy sencillo, se tenía que entregar antes de las elecciones del Estado de México en julio de 2017.
Además, el ex gobernador dijo que fu extorsionado y amenazado para aceptar las pruebas presentadas en su contra; también entregó una carta a la FGR donde aseguró tener información valiosa y detallada que involucraría a altos ex funcionarios en la comisión de varios delitos.
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