En el marco del Día de la Bandera, la diputada federal del PAN, Kenia López Rabadán, propuso una iniciativa de reforma constitucional para modificar el nombre oficial de nuestro país, pasando de “Estados Unidos Mexicanos” a simplemente “México”.
La legisladora, quien también es vicepresidenta de la Cámara de Diputados, argumentó que este cambio fortalecería la identidad nacional, simplificaría documentos oficiales y alineá la denominación del país con el uso internacional. “Este cambio no altera nuestra forma de gobierno ni nuestro sistema federal. Lo que sí hace es fortalecer nuestra identidad nacional”, señaló López Rabadán en un comunicado.
La diputada subrayó que la denominación “Estados Unidos Mexicanos” no es de uso común entre los ciudadanos, ya que históricamente el país ha sido referido de distintas maneras, como “República Mexicana” (1857), “Nación Mexicana” (1824) e incluso “América Mexicana” (1814). Sin embargo, destacó que el nombre que realmente genera arraigo e identidad es “México”.
Según la iniciativa, el término “México” proviene del náhuatl y se compone de los elementos “Metztli” (luna), “Xictli” (centro) y “Co” (lugar), lo que se traduce como “en el ombligo de la luna”. Esta etimología hace referencia a la ubicación de la antigua ciudad de Tenochtitlán en el centro de la cuenca lacustre del Valle de México.
López Rabadán también enfatizó que el cambio de nombre no implica una alteración al federalismo ni a la estructura política del país. Recordó que la Constitución en su artículo 40 establece que México es una república representativa, democrática, laica y federal, compuesta por estados libres y soberanos, así como por la Ciudad de México, todos unidos en una federación.
La propuesta de modificar el nombre del país no es nueva. A lo largo de los años, diversas fuerzas políticas han presentado iniciativas similares, incluyendo una promovida por el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, tanto en su etapa como diputado federal como durante su mandato presidencial.
La discusión sobre la denominación oficial de la nación ha sido un tema recurrente en el debate político y legislativo, por lo que la iniciativa de López Rabadán abre nuevamente la conversación sobre la pertinencia de este cambio y sus implicaciones para la identidad y administración del país.