Este miércoles, diputados aprobaron la reforma que permitirá que las Fuerzas Armadas colaboren en las tareas de seguridad pública en el próximo sexenio.
Pese a que la Organización de las Naciones Unidas mostró su preocupación por la decisión del Congreso de México de ceder el control de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, la iniciativa del Partido Revolucionario Institucional se aprobó por mayoría calificada y se turnó a la Cámara de Senadores.
Además de la ONU, Amnistía Internacional rechazó categóricamente la decisión de los senadores de legalizar la militarización de México. En total, el país ha recibido más de 40 recomendaciones internacionales en contra la militarización.
Entre los señalamientos más frecuentes, está el hecho de que los militares no están formados con un enfoque de seguridad ciudadana adecuado para tratar con civiles, sin olvidar los numerosos casos de torturas o desapariciones forzadas que han salpicado históricamente al ejército mexicano.
López Obrador, sin embargo, defiende que este movimiento es crucial para continuar luchando contra la violencia que sigue imperando en el país y este viernes agradeció a los senadores la aprobación de la reforma “para que la Guardia Nacional esté operada, tenga la tutela, la guía, el ejemplo de la Sedena”.
El 2023 será un buen año para la Guardia Nacional no solo porque se incorporará a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) -pese a las críticas- sino también porque tendrá un presupuesto 14.5 veces mayor a lo que percibió desde su creación en 2020.
Para el siguiente año, la Guardia Nacional tendrá un presupuesto de 67 mil 826.7 millones de pesos, monto que es 14.5 veces mayor a los 4 mil 668.4 millones de pesos que recibió en 2020, de acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2023.